Hacerte famoso con una marca de moda que todavía no existe

Las coincidencias no existen. Al menos eso es lo que sostiene la teoría de la sincronicidad. Pero de todas esas infinitas posibilidades potenciales que dice que se presentan, María Almazán Parece que ha ido eligiendo las adecuadas para convertirse en lo que es hoy, un referente nacional de la moda sostenible y cofundador de su propia marca: latitud .

Suya es la frase que se repite en todas las presentaciones de las nuevas marcas de moda sostenible: “Los ríos de China son del mismo color que los vaqueros de moda”. Habló en un evento de Green Peace, pero ese no fue el detonante que la llevó a renunciar al cargo de jefa de un prestigioso grupo de moda. “Ella fue un sábado a una fábrica china y la vio llena de cosiendo de 16 años. Luego regresé a España y sucedió que el fin de semana visité un centro comercial que también estaba lleno de compras de jóvenes de 16 años. Sentí pena por los dos. Pero ¿qué estamos haciendo?, me pregunté. Y al día siguiente renuncié a la empresa».

María Almazán tenía entonces 26 años. Dejó atrás una carrera prometedora y un montón de amigos que la llamaban loca. “Fue una decisión compleja y dolorosa, un salto al vacío porque me fui sin parar ni nada”, recuerda. Ni sus padres, fervientes activistas ambientales, entendieron el salto en ese momento. «Pensé, todavía tengo que ser panadero», pero no fue necesario.

Convencida de que la industria de la moda que tanto le apasiona necesitaba un cambio radical en beneficio de sus trabajadores y del medio ambiente -es la segunda industria más contaminante del planeta- buscó un referente en España para compartir su visión. Como no lo encontró, decidió viajar por el mundo e investigar qué se hacía en otros mercados. Encendió la bombilla a la salida del túnel. Patagoniala marca americana de moda deportiva sostenible.

La primera etapa

A su regreso a España, se incorporó a la Fundación Sybilla, también pionera en estas luchas, y durante los dos años que permaneció allí, Almazán trazó su plan de acción. El objetivo era transformar la industria de la moda, de abajo hacia arriba, en ese orden, empezando por talleres que tuvieran como principios básicos el medio ambiente y las personas. Para facilitar la transformación, ideó una metodología de trabajo propia que incide en toda la cadena de valor. Fue entonces, en 2013, cuando María Almazán, junto con otros 4 socios, fundó Latitude, patrocinada por dos fondos de capital riesgo de la Xunta de Galicia. “La verdad es que al principio no pensábamos que íbamos a montar una empresa, fue la Xunta la que nos llamó”.

La misión era reconvertir los talleres textiles asesorando y ayudando a las marcas a implementar las líneas de sustentabilidad. La otra función era actuar como proveedor de los materiales necesarios. En tres años han creado una red de 6 fábricas de moda sostenible en España y superado las 700 referencias de materiales en su catálogo.

Y en estas estaban cuando María recibe una invitación del periodista. Jordi Évole para participar en un informe sobre el ‘victimas de la moda‘(víctimas de la moda) en su programa de Salvados. La repercusión mediática fue enorme, aunque algo equivocada. Muchos entendieron que fue Amancio Ortega (que nunca lo ha conocido) quien dejó a esta mujer gallega (es de Madrid y su familia de Soria) que había creado una marca de moda sostenible (era proveedora).

Cuando el proveedor se convierte en la marca

En cualquier caso, se agradece el desconcierto de la audiencia, porque lo que algunos tardan años en conseguir, le costó un poco de nervios a María Almazán frente a las cámaras. Dejó el rodaje con la marca. “Un proveedor, por innovador que sea su modelo, nunca sale a la luz. Es la marca la que va ganando prestigio, pero a nosotros nos ha pasado todo lo contrario”. Es entonces cuando comienza la segunda fase de 2016, en la que ahora está inmerso Latitude.

Para crear la famosa marca de moda sostenible que aún no existía, tuvieron que apostar por más dinero. Estuvieron en ello alrededor de un año hasta que dieron con un fondo americano que se comprometió con el proyecto y permitió a la Xunta rentabilizar la inversión inicial. Lo que no cuenta María Almazán es el dinero invertido hasta el momento, en base a un compromiso de confidencialidad entre socios e inversores.

latitud hoy

Este es el cuarto año de Latitude y de momento se puede decir que es una marca de moda sostenible, con diseño, fabricación y distribución propios. Trabajan en Galicia, aunque el deseo es «hacer un 80% Galicia y un 20% en proyectos que se vayan sumando a esta otra forma de hacer moda y cada vez tengan más volumen para ayudar a todos los talleres que se animen a cambiar el chip». «

Como marca acaban de lanzar su primera colección con un nicho muy concreto y bastante top. “Decidimos no hacer prendas que ya existían en el mercado porque tenían un precio más asequible, entonces acudimos a un mirada total para personas que exigen moda sostenible, pero que a veces se encuentran en situaciones en las que tienen que ir bien vestidos, personas que quieren cambiar el mundo y hacer cosas impactantes sin tener que usar ropa étnica”. La colección es pequeña, para ambos géneros, con prendas minimalistas y muchas de ellas atemporales para evitar comprar y disparar. “Lo que vamos a hacer es agregar un sistema al armario, sin jugar con las estaciones”.

En cuanto a la distribución, confían mucho en el online, no solo para delimitar los perfiles de sus clientes, sino porque saben que muchos de ellos residirán fuera de España. Pero María tampoco quiere renunciar al sueño de algún día abrir su propia tienda física. Es más prudente en las previsiones de facturación que estima, para finales de este año, en torno a 1,5M de euros. Nada mal por tratarse de un nuevo proyecto “lanzado desde la modestia y la calma”.

«Me encantaría que el próximo inversor fuera alguien de la industria textil»

Pero, ¿y si la demanda se disparara? «Simplemente vino a nuestro conocimiento entonces. Me encantaría que entrara alguien de la industria textil”, dice, y aunque ahora no apunta nombres, parece que siempre se le salta a la cabeza. De conseguirlo, su victoria supondría el cambio hacia un nuevo paradigma en el sector del que María Almazán se ha convertido en la principal prescriptora. «No te imaginas cuántos correos electrónicos recibo al día pidiendo ayuda».

Y pensar que todo esto empezó porque María Almazán quería trabajar en cine. el dice eso Jesús Garzas en una de sus publicaciones En buena compañía que «las oportunidades no se crean ni se destruyen, solo se transforman».

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